Ayer soñé que estabas aquí, a mi lado, ayer soñé que te abrazaba, ayer soñé… que soñaba.
Hace tanto tiempo que tengo la idea de escribirte, pero yo misma me frenaba, quizás no tenía el valor de decirte tantas cosas, quizás la cobardía envolvía mi corazón y no me dejaba sentir y decir lo que me pasa al recordarte.
Me puse a pensar las veces en que estuvimos juntos, las veces que me sentía cerca de ti, las veces que me alejabas de tu lado, te quise tanto y te odié tanto, te amé con locura, sin pensar en lo que hacía, recuerdo nuestros momentos como si fueran ayer, porque ayer soñé contigo.
Ayer soñé que dormía en tu cama, contigo a mi lado, con miedo a que tu padre nos pillara y me saque a gritos de tu casa, soñé que tu y yo hacíamos el amor, que tu sudor y el mío se unían y eran la mezcla perfecta del amor para mi, fuiste el primero y en mi sueño quise que fueras el único y el último, fue maravilloso, éramos tu y yo, cómplices en la oscuridad de tu cuarto, cómplices camino al trabajo, tu y yo, cómplices frente a los demás.
Que inocencia la mía, soñé que podías llegar a enamorarte de mi, que tonta fui al pensarlo, las cosas estaban claras, tu tenias las ideas clara y yo supuestamente también, que tonta, mi mundo eras tu, lo conformaban tu y yo, nuestros encuentros, nuestras salidas, las caricias, tu voz, tus manos en mi cuerpo, que irónico, quien iba a pensar que en ese mismo tiempo te ibas a casar, tenias todo listo y yo sufría en silencio, me hubiese gustado cambiar papeles con ella, y ser yo la única en tu vida, nada de eso ocurrió y me dije a mi misma que todo cambiaría, que todo sería diferente, que no te casarías. No entiendo como pasó ni que sucedió, pero mis palabras se hicieron reales, no te casaste.
Soñé que volvías, y llegaste de nuevo, mi antiguo amor ahí , tocando mi puerta, pidiendo perdón por todo el daño que me habías echo, tratando de remediar mi corazón roto que ya había cicatrizado, pero aun estaba dolido, me pediste que volviéramos, que estuviéramos juntos, que lo intentáramos esta vez sin terceras personas. Lo pensé mucho y acepté. Que ironía la vida, te ibas a casar y soñaba por ser yo tu amor, soñé tantas veces con este momento, soñé que me pedía perdón y lo hiciste… yo no sabía, pero las cosas habían cambiado, yo no era la misma, había cambiado mi vida y mis sentimientos… pasó una semana y terminé contigo… que ironía la vida después de desear tanto que este momento llegara, llegó sí llegó y que hice,… te dejé, ya no te amaba, solo te quería como amigo, una amistad que hasta el día de hoy tenemos, una buena amistad que nos une y unirá siempre.
Te quiero “amigo” y te odio “amor”, Que contradicción.
martes, abril 25, 2006
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
1 comentario:
que contradicción, es cierto, y que envidia también, jamás he podido tener una relación de amistad después de una de amor...
saludos y nos leemos más seguido
Publicar un comentario