Me miraste con ojos inquisidores y pedías a gritos que te diga por qué. No supe como decírtelo, y preferí callar y guardarme toda la mierda que estaba sintiendo y todo lo que mi corazón quería decirte. Para qué quieres saberlo te dije, si sabes perfectamente la razón. Volteé mi cara y me tomaste por los hombros, tan fuerte que me sentí pequeña. Olvídate de todo, me dijiste. Borremos el pasado y emprendamos uno nuevo. Olvídalo, me volviste a decir gritando. Como si olvidar fuese tan fácil. En tus ojos veía el engaño. En tu pecho su olor y en tus manos su cuerpo y me di cuenta que jamás podré olvidarlo. Lo veía en ti. En cada movimiento. En cada palabra que salía de tu boca. Esa boca en la cual me perdía y en la que ella también se perdió.
No puedo, y nunca lo haré te grité. Y salí corriendo.
Después de años que esto sucedió, me doy cuenta que mis palabras eran ciertas. Jamás voy a olvidar lo que me hiciste. Jamás!
No puedo, y nunca lo haré te grité. Y salí corriendo.
Después de años que esto sucedió, me doy cuenta que mis palabras eran ciertas. Jamás voy a olvidar lo que me hiciste. Jamás!